Descubrir las diferentes causas de una humedad ascendente provocada por errores de impermeabilización

La humedad ascendente representa uno de los problemas más complejos y dañinos que pueden afectar a una edificación, especialmente en construcciones antiguas donde las técnicas de impermeabilización no cumplían con los estándares actuales. Este fenómeno, también conocido como humedad por capilaridad, se manifiesta cuando el agua presente en el terreno asciende a través de los materiales porosos de los muros, alcanzando alturas que pueden variar entre medio metro y dos metros desde el nivel del suelo. Las consecuencias estéticas y estructurales derivadas de este problema requieren un análisis exhaustivo de sus causas originales para poder implementar soluciones efectivas y duraderas.

Fallos en la barrera impermeable horizontal de los cimientos

Uno de los orígenes más frecuentes de la humedad ascendente radica en las deficiencias relacionadas con la barrera impermeable horizontal que debería proteger la estructura desde su base. Este elemento constructivo esencial tiene como función principal interrumpir el camino que el agua sigue desde el terreno hacia los muros de la edificación. Cuando esta protección falla o simplemente no existe, las paredes se convierten en conductos perfectos para la migración del agua subterránea hacia el interior de la vivienda.

Ausencia o deterioro de la lámina asfáltica en muros de carga

En edificaciones construidas antes de la década de 1960, era común que no se instalara ningún tipo de barrera antihumedad en los cimientos, lo que explica por qué muchas viviendas antiguas presentan problemas severos de humedad por capilaridad. La lámina asfáltica, cuando existe, puede haber perdido sus propiedades impermeabilizantes debido al paso del tiempo, la presión del terreno o los movimientos naturales de la estructura. Este deterioro permite que el agua encuentre vías de ascenso a través de microfisuras y zonas debilitadas, generando manchas oscuras, eflorescencias salinas y desprendimiento de revestimientos en las zonas bajas de los muros de carga.

Juntas defectuosas entre materiales de construcción en la base

Las juntas que unen diferentes elementos constructivos en la base de la edificación constituyen puntos especialmente vulnerables a la penetración de humedad. Cuando el mortero empleado en estas uniones presenta fisuras o una composición inadecuada, se crean canales preferenciales por donde el agua puede ascender con mayor facilidad. Además, si durante la construcción se acumularon escombros o materiales que atraviesan la capa impermeabilizante, se genera un fenómeno conocido como puenteo térmico que anula completamente la efectividad de la barrera protectora, permitiendo que la humedad encuentre un camino directo hacia los niveles superiores de la pared.

Problemas derivados de materiales de construcción inadecuados

La elección de materiales para la edificación juega un papel determinante en la susceptibilidad de una estructura a sufrir problemas de humedad ascendente. Los materiales con alta porosidad actúan como esponjas que absorben y transportan el agua desde el terreno hacia el interior de la vivienda, magnificando el problema incluso cuando existen otras medidas de protección.

Morteros con alta porosidad y capacidad de absorción

Los morteros tradicionales elaborados con proporciones inadecuadas de cemento, arena y agua pueden presentar una estructura interna altamente porosa que facilita el ascenso del agua por capilaridad. Esta característica se ve agravada cuando no se han incorporado aditivos hidrófugos durante su preparación. La red de poros interconectados actúa como una serie de tubos microscópicos por donde el agua circula venciendo la fuerza de gravedad, impulsada por las fuerzas de tensión superficial y adhesión molecular. Con el tiempo, estos morteros no solo transportan agua sino también sales minerales disueltas que cristalizan en la superficie formando el característico salitre que degrada tanto la cohesión del material como el aspecto estético de las paredes.

Ladrillos y bloques sin tratamiento hidrófugo previo

El ladrillo macizo y las piedras calizas blandas representan materiales especialmente propensos a absorber y transportar humedad debido a su naturaleza porosa. Cuando estos elementos se colocan sin haber recibido un tratamiento previo con productos hidrófugos, su capacidad de absorción permanece intacta, convirtiéndolos en vías principales para la humedad ascendente. La estructura microscópica de estos materiales contiene innumerables capilares que facilitan el movimiento del agua en sentido vertical, proceso que se intensifica cuando el nivel freático del terreno es elevado o cuando el suelo presenta características arcillosas que retienen grandes cantidades de agua.

Deficiencias en el sistema de drenaje perimetral

Un sistema de drenaje perimetral correctamente diseñado y ejecutado constituye una línea de defensa fundamental contra la humedad ascendente, al reducir la cantidad de agua en contacto directo con los cimientos. Sin embargo, cuando este sistema presenta deficiencias en su instalación o mantenimiento, la acumulación de agua en el perímetro de la edificación aumenta considerablemente la presión hidrostática sobre los muros enterrados, favoreciendo la infiltración y el ascenso capilar.

Instalación incorrecta de tubos de drenaje junto a los cimientos

Los tubos de drenaje deben colocarse siguiendo especificaciones técnicas precisas en cuanto a profundidad, pendiente y material de relleno circundante para cumplir eficazmente su función. Una instalación incorrecta puede manifestarse en diversas formas: tubos colocados a una profundidad insuficiente que no captan el agua subterránea, pendientes inadecuadas que impiden la circulación del agua hacia los puntos de evacuación, o ausencia de grava drenante alrededor de los tubos que facilite la captación del agua. Estas deficiencias provocan que el agua permanezca estancada junto a los cimientos, aumentando exponencialmente las posibilidades de que penetre en la estructura y ascienda por capilaridad a través de los materiales porosos de los muros.

Saturación del terreno por falta de evacuación del agua subterránea

Cuando el sistema de drenaje no logra evacuar eficientemente el agua presente en el terreno, ya sea por obstrucciones, colapsos o simplemente por un diseño insuficiente para el volumen de agua a gestionar, el suelo circundante a la edificación permanece saturado de forma continua. Esta saturación es particularmente problemática en suelos arcillosos, que retienen el agua con mayor facilidad y mantienen un nivel freático elevado en las proximidades de los cimientos. La presencia constante de agua en contacto con las partes enterradas de la edificación genera una presión hidrostática permanente que busca cualquier punto débil en la impermeabilización para penetrar en la estructura, iniciando así el proceso de humedad ascendente que puede extenderse hasta alturas considerables en función de la porosidad de los materiales y las condiciones ambientales interiores.

Errores en la ejecución de la obra durante la construcción

Incluso cuando se han seleccionado materiales adecuados y se ha diseñado correctamente el sistema de impermeabilización, los errores cometidos durante la fase de ejecución de la obra pueden comprometer seriamente la efectividad de todas estas medidas preventivas. La calidad de la mano de obra y el seguimiento riguroso de los procedimientos constructivos resultan fundamentales para garantizar una protección real contra la humedad ascendente.

Aplicación deficiente de productos impermeabilizantes en paramentos verticales

Los productos impermeabilizantes diseñados para proteger los paramentos verticales enterrados requieren una aplicación cuidadosa siguiendo las indicaciones del fabricante en cuanto a número de capas, espesor, tiempo de secado entre aplicaciones y condiciones ambientales durante el proceso. Una aplicación apresurada o descuidada puede dejar zonas sin cubrir, crear capas de espesor insuficiente o generar burbujas y desprendimientos que anulan la protección. Los productos basados en silanos, que crean una barrera química repelente al agua, deben distribuirse uniformemente para formar una capa continua que impida el paso de la humedad. Cuando esta aplicación es deficiente, quedan puntos vulnerables por donde el agua puede penetrar y, una vez dentro del material, ascender por capilaridad afectando áreas mucho más extensas que el punto inicial de entrada.

Discontinuidad en las capas protectoras de muros enterrados

La continuidad de las capas impermeabilizantes resulta absolutamente crítica para su efectividad. Cualquier interrupción en esta protección, ya sea por juntas mal ejecutadas entre diferentes tramos, por encuentros no resueltos correctamente con otros elementos constructivos como pilares o vigas, o por daños mecánicos producidos durante el relleno de la excavación, crea vías preferenciales para la entrada de humedad. Estas discontinuidades son especialmente problemáticas en el encuentro entre la impermeabilización vertical de los muros enterrados y la barrera horizontal ubicada sobre los cimientos, zona que requiere un solape y sellado meticuloso para garantizar la estanqueidad total del sistema. Cuando esta conexión falla, se genera un punto débil que permite la entrada masiva de agua subterránea, la cual posteriormente asciende por capilaridad a través de los materiales porosos, manifestándose en forma de manchas, desprendimientos de pintura y formación de salitre en los primeros metros de altura de las paredes interiores.